viernes, 27 de julio de 2012

Una tarde de otoño

  Tu cuerpo desnudo junto al mio. Los dos abrazados y casi dormidos. Un susurro me dice "te quiero". No hago mas que besarte y sentirte cerca mio. Haces que una frase se convierta en lo mas lindo que escuché. Vos y todo lo que sos me encantan. Me encanta tu cariño. 
  Dormir entre tus brazos nunca había sido mas placentero. Nunca nos habíamos demostrado tanto amor. Nunca había amado tanto. 
  Te miro de arriba abajo mientras te acaricio muy suave. Me miras a los ojos y me besas en la mejilla. Suspiras. Cerras los ojos y sonreís. Yo no puedo dejar de mirarte. Siento que si lo hago me pierdo la mejor parte de la película.
  Hay mucho silencio en la habitación. La ventana muestra árboles con hojas marchitas que bailan con el viento que a su vez me dejan oler ese aroma a otoño tan fresco y tan puro.   
  Está atardeciendo. El cielo se pinta rojizo. Las nubes parecen de algodón (y sin exagerar). Es una tarde perfecta, de las que me encantan. Pero hay algo que me hace enamorar de esta tarde. Te tengo al lado mio. Toda una belleza abrazándome, durmiéndose en mi pecho.
  Interrumpo mi vista al paisaje para mirarte. Todo lo que haga en este momento recae en vos, mi mirada va a recaer en vos. Es que me gustás. No paro de acariciarte, recorriendo como una gota con mi mano todo tu cuerpo. Siento que llegás al sueño más profundo. Suspiro. Cierro los ojos e inevitablemente, sonrío. Amarte en este momento es lo mas lindo.

miércoles, 25 de julio de 2012

¿Qué harías si pudieras volar?

  Sola en una habitación no muy grande, hace frío, suenan los Beatles. Una noche mas sin salir, no salgo de mi mente, es el único lugar donde estoy la mayoría del tiempo. No importa el alrededor.
 Un papel en blanco y una lapicera. Mi mente viaja. Es un viaje casi lisergico. Quiero transmitir en palabras lo que estoy viviendo, pero todo se reduce a dejar de lado el papel y la lapicera, es que me expreso mejor en actos.
 ¿Que tal si les dijera que nuestra vida es una obra teatral? Así, somos actores, directores, productores y co-productores de nuestra propia obra. Somos el personaje principal de la trama que va entrelazando historias con personajes secundarios, personajes secundarios que nosotros escogemos...
  Te escogí, te cedí un lugar en la obra, te dejé actuar, dejé que tomaras un lugar importante en el acto, y.. tanto fue que te dejé que te convertiste en el personaje principal de mi obra. Me llevaste de acá para allá, me inventaste un guión, un personaje, una personalidad y actuaste conmigo o mejor dicho, actué con vos. Me gustó tu forma de manipulación. No te detuve. Me gustaba como lo hacías. La manera que tenias de seducirme con tu forma de actuar. Era una improvisación, claro está. Improvisabas conmigo y yo me dejaba porque creía eso divertido. Me encantaste con tu forma de hacer las cosas. Vos actuabas y el público te ovacionaba. Me hacías llegar a lugares desconocidos completamente para mi. Eras una especie de guiador que indicaba el camino a la turista. Hasta que... hasta que la improvisación te resultó un tanto monótona y decidiste bajarte de la obra. Así como quien decide bajarse del colectivo porque ésa era su parada. Así, tan fácil fue para vos. Sólo eso, ese simple acto de cambiar de opinión rápidamente, contradecirse sin problema. Y yo me quedé sin saber como seguir la obra.
  
   Ahora queda tu principalidad marcada y mi total desorientación...
                                                                                 


                                                    Y una cabeza volando en su imaginación